Johannes Vermeer – 1632 – 1675)
Cada obra de Johannes Vermeer, es un placer a la vista. En ella se ve y se percibe la sensibilidad, la delicadeza, y un manejo de la luz maravilloso, atrayente, magistral, que nos deja embelesados, asombrados y que nos sumerge en la escena, que nos hace vivirla y que nos conmueve, sencillamente nos enamora.
Su gran maestría, su despliegue técnico, lo hace, de entre todos los pintores de a historia, incomparable.
Vermeer es perfecto y cada uno de sus cuadros se considera una gran obra de arte, y lo es.
Uno de ellos, en especial, es el mundialmente conocido como: «La joven de la perla»
Una enigmática joven que nos observa desde la oscuridad de un lienzo.
Aún hoy se especula y se discute, quién era esa joven, de mirada tan dulce a la vez que potente, de rostro que para algunos resulta inquietante, y para otros, angelical y que transmite una inmensa sensación de paz, a la vez que incomparable, por la dulzura e inocencia de su gesto.
El misterio de La Joven de la Perla.
Título original: Meisje met de parel (Muchacha con perla).
Fecha: Aproximadamente 1665.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Tamaño: Es bastante pequeño, mide solo 44,5 x 39 cm.
Dónde está: Actualmente, se exhibe en el Mauritshuis de La Haya, Países Bajos.
La joven inmortalizada es un misterio.
Representa una de las incógnitas, más importantes, de la historia del arte.
Hay varias teorías, muchas especulaciones pero nada comprobado
La joven de la perla es, sin duda, una de las figuras más enigmáticas, más fantásticas y famosas, de la historia del arte, pero su identidad es un misterio que nunca ha sido resuelto.
¿Quién era ella? Las teorías principales:
Dado que no hay documentos que confirmen su identidad (como encargos o registros de modelos de la época), los expertos manejan varias hipótesis:
1 – Una modelo anónima: La teoría más aceptada es que no se trata del retrato de una persona concreta, sino de un «tronie» (palabra holandesa para designar una «cabeza» o un «rostro»).
Los «tronies» eran estudios de carácter que los pintores realizaban para demostrar su habilidad para capturar expresiones, rasgos exóticos o juegos de luz y sombra.
Se vendían como obras de arte por sí mismas, pero no eran retratos conmemorativos de un cliente.
2 – Maria, la hija de Vermeer: Vermeer tuvo 15 hijos, y su hija mayor, Maria, habría tenido la edad adecuada (unos 16-17 años) alrededor de 1665, fecha en la que se cree que se pintó la obra. Es plausible que usara a su propia hija como modelo, como hicieron muchos otros pintores.
3 – La hija de su mecenas, Pieter van Ruijven: Este hombre era el principal patrocinador de Vermeer y poseía muchas de sus obras.
Es posible que la joven fuera su hija, Magdalena, pero no hay pruebas que lo corroboren.
4 – La criada: La novela «La joven de la perla» de Tracy Chevalier (y la posterior película) popularizó la romántica idea de que la modelo era Griet, una sirvienta de la casa de Vermeer.
Si bien es una teoría fascinante, es puramente ficticia y no está respaldada por ninguna evidencia histórica.
¿Por qué es tan famosa y especial esta pintura?
La mirada: Su mirada es intensa y directa, casi sobrecogedora. Parece girarse hacia el espectador en un momento íntimo y fugaz, creando una conexión inmediata.
La luz: Vermeer es el maestro de la luz. La iluminación suave que acaricia su rostro, resalta los labios húmedos y crea destellos en la perla, es simplemente sublime.
Los colores: La combinación de los turbantes azul y amarillo sobre el fondo oscuro y neutro hace que su figura destaque con una fuerza increíble.
La perla: No es una perla real. Es demasiado grande y su reflejo no es físicamente preciso. Es más bien una ilusión óptica magistralmente lograda con solo unas pinceladas de pintura blanca. Es el punto focal que atrae inmediatamente la mirada.
La sensualidad inocente: La boca entreabierta (un detalle muy inusual para la época) y la perla (símbolo de pureza, pero también de vanidad y riqueza) crean una ambigüedad entre la inocencia y una velada sensualidad que la hace tremendamente intrigante.
La joven de la perla no tiene nombre. Su identidad se perdió en la historia, pero su poderosa presencia, capturada por el genio de Vermeer, la ha convertido en un icono eterno, en la «Mona Lisa del Norte» que nos mira desde el pasado con un secreto que nunca revelará.
En la parte que me toca, puedo decir que seré un eterno enamorado de esta fantástica obra de una ejecución técnica, perfecta. y de esta joven, que por momentos parece que algo me vaya a decir, pero que su indecisión y timidez, no se lo permite.
Vermeer y la «Cámara oscura»
Johannes Vermeer, que es uno, de los dos o tres pintores que admiro.
Me vi obligado a detenerme en varias etapas de la pintura de Vermeer y en determinadas partes, para intentar discernir, cómo había conseguido el color y cómo habría logrado esa transparencia y luz, para obtener una piel perfecta; conozco la técnica de color que empleaba, pero dudaba sobre si la cámara oscura, intervendría, es decir si alteraría, el resultado final del color.
La cámara oscura (del latín camera obscura, «habitación oscura») era un dispositivo óptico precursor de la cámara fotográfica, y es fundamental para entender la técnica y el estilo de pintores como Johannes Vermeer.
Vermeer comenzaba sus cuadros con un dibujo preciso (posiblemente con ayuda de una camera obscura).
¿Qué es y cómo funciona?
En esencia, es un principio físico muy simple que proyecta una imagen del mundo exterior en una superficie interior.
- Concepto básico: Se toma una caja o una habitación completamente cerrada a la luz.
- Un pequeño orificio: En una de sus paredes se hace un agujero muy pequeño (estenopo).
- Formación de la imagen: Los rayos de luz que reflejan los objetos exteriores pasan a través de ese orificio y se proyectan en la pared opuesta.
- Características de la imagen proyectada:
- La imagen aparece invertida (de cabeza) y revertida (izquierda-derecha).
- Es una imagen nítida pero poco iluminada.
- Tiene una profundidad de campo infinita (todo está enfocado).
- Muestra un efecto de desenfoque (bokeh primitivo) en las áreas muy brillantes.
Para hacerla usable, a menudo se colocaba un lente en el orificio para conseguir una imagen más brillante y nítida, y un espejo para proyectar la imagen right-side-up sobre una superficie horizontal, como una mesa, donde el artista podía calcar o estudiar la proyección.
¿Por qué se asocia tanto con Vermeer?
Aunque no hay evidencia documental irrefutable (como una cámara oscura en su inventario), la mayoría de los expertos están convencidos de que Vermeer la conocía y utilizó por varias razones evidentes en sus cuadros:
Calidad Lumínica Excepcional: Sus pinturas capturan la luz con una fidelidad y un realismo que recuerdan mucho a una fotografía. La cámara oscura exagera los contrastes entre luz y sombra, un efecto muy marcado en sus obras.
Puntos de Luz Brillantes («Discos de Confusión»): Este es el argumento más convincente. En sus cuadros, las áreas de luz intensa (como los reflejos en los ojos, en una jarra de cerámica o en una perla) no se pintan como formas definidas, sino como pequeños círculos o manchas difusas de luz. Este es exactamente el efecto óptico («bokeh«) que produce una lente primitiva fuera de foco en una cámara oscura. El ojo humano no ve así; una cámara sí.
Composición y Perspectiva: Las poses de sus figuras a veces parecen «instantáneas», con personajes en medio de un movimiento, como si estuviera capturando un momento congelado. La perspectiva arquitectónica en sus interiores es geométricamente perfecta, algo que la cámara oscura ayuda a trazar con precisión.
Saturación y Suavidad del Color: La imagen de la cámara oscura tiende a suavizar los contornos y a simplificar los detalles complejos, lo que coincide con la manera en que Vermeer simplificaba las formas y aplicaba el color en planos de luz.
La cámara oscura no era un «secreto» ni se consideraba hacer trampa. Era una herramienta de estudio muy conocida entre artistas y científicos desde el Renacimiento.
Leonardo da Vinci ya había descrito su funcionamiento a principios del siglo XVI.
Artistas como Canaletto la usaron de forma documentada para trazar las vistas arquitectónicas precisas de Venecia.
Para Vermeer, no era una máquina que pintara por él, sino un «ojo mecánico» que le daba la posibilidad de:
Estudiar los efectos de la luz y la composición de una manera nueva.
Transferir la composición básica y la perspectiva al lienzo con gran exactitud.
Analizar cómo veía la luz el propio instrumento óptico, para luego traducirlo con su increíble talento y paciencia en pintura.
La cámara oscura era un dispositivo óptico que proyectaba una imagen real del mundo en una superficie interior. Para Vermeer, fue muy probablemente una herramienta crucial que le ayudó a lograr su estilo único, hiperrealista y lleno de luz, pero fue su genialidad artística la que transformó esa proyección mecánica en obras de arte de una belleza y sensibilidad incomparables.
La técnica pictórica de La Joven de la Perla
Como decía más arriba, conozco la técnica de color que empleaba Johannes, pero tenía una enorme duda: ¿Usaría Grisalla o Verdaccio? ¿O ninguna de las dos?
La evidencia sugiere que Vermeer muy probablemente utilizó una forma de verdaccio o una imprimación tonal, más que una grisalla al estilo italiano clásico.
1. Grisalla (Grisaille)
- Qué es: Una técnica monocromática que utiliza solo tonos de gris, negro y blanco para modelar las formas y el claroscuro. A menudo se usaba como una etapa inferior (pintura base) sobre la que luego se aplicaban veladuras de color. Es característica de la pintura flamenca y del primer Renacimiento italiano.
- ¿La usaba Vermeer? No hay evidencia sólida de que Vermeer usara una grisalla estricta (solo grises) en sus obras. Su enfoque era más tonal y colorístico desde la base.
2. Verdaccio
Qué es: Un término italiano para una pintura base monocromática, realizada con tonos verdes, gris-verdosos o marrones terrosos. Era muy común en la pintura al fresco del Renacimiento para las carnes, ya que el color verde creaba una base perfecta para neutralizar y dar profundidad a los tonos rosados y cálidos de la piel que se aplicarían después en veladuras.
¿La usaba Vermeer? Es la teoría más aceptada entre los expertos. Los análisis técnicos (con rayos X y fotografías con macro-infrarrojos) de sus pinturas revelan lo siguiente:
La Evidencia: El Método de Vermeer
Los estudios de sus obras, como La lechera o Dama escribiendo una carta con su criada, muestran que Vermeer comenzaba sus cuadros con un dibujo preciso (posiblemente con ayuda de una camera obscura).
Luego, aplicaba una capa de base o underpainting con las siguientes características:
No era gris, sino tonal: Utilizaba tonos neutros, pero con color. Mezclaba negro, tierra tostada (umber) y blanco para crear una gama de colores cálidos, grisáceos y terrosos. En algunas áreas de sombra, se detectan toques de verde o marrón.
Función estructural: Con esta base, Vermeer definía meticulosamente la composición, las formas y, lo más importante, el mapa de luz y sombra (el claroscuro). Esta etapa era tan detallada que casi era una pintura completa en valor tonal.
Base para veladuras: Sobre esta base seca, aplicaba capas delgadas y semitransparentes de color (veladuras). La base tonal subyacente interactuaba con estos colores, dando una profundidad y una luminosidad increíbles. Por ejemplo, un área iluminada en la base con blanco, al recibir una veladura azul, se volvía un azul mucho más luminoso.
Mientras que la grisalla es estrictamente acromática (sin color) y el verdaccio es específicamente verde, Vermeer empleó una técnica mixta o una variación personal.
Podemos decir que su método se asemeja más al concepto del verdaccio (un underpainting coloreado y no neutro) que al de la grisalla. Sin embargo, su paleta de base era más amplia, utilizando una gama de grises, marrones y tierras neutras para sentar las bases de la luz.
Vermeer no trabajaba con una grisalla pura. Utilizaba un underpainting tonal y coloreado (con elementos que recuerdan al verdaccio pero no exclusivamente verde) para construir la estructura de luz y sombra de sus obras, sobre la cual aplicaba sus famosas y luminosas veladuras de color.
Esta técnica minuciosa es una de las razones clave por las que su obra es tan reducida y brillante.
Por siempre Vermeer
Espero que mi nota sobre este pintor haya sido de vuestro agrado, y quizás, también exista la posibilidad, que esta les despierte la curiosidad, de buscar, de conocer más sobre este pintor, que tan solo hizo unas 36 pinturas a lo largo de su vida.
Desde luego, que seguiré escribiendo, e investigando sobre él, con la esperanza, de que algun día pueda descubrirse algún indicio, alguna pequeña pista o señal, de: ¿Quién fue, La Joven de la Perla?
Mientras tanto, continuaré aprendiendo de estos grandes maestros, e intentando desvelar sus secretos, en lo que estrictamente, a la pintura se refiere.
Espero que os haya gustado. Lucem Ferre.
