Bienvenidos al emocionante mundo de Acción y Aventuras de: Las Caricaturas para Bodas.
En los más de treinta años que llevo haciendo caricaturas he dibujado para muchas ocaciones especiales. Y las caricaturas para las bodas, no dejan de ser recurrentes y algo divertido, que hace pasar muy buenos momentos.
Dentro de las mil y una anécdotas que podría contar, dentro de mis caricaturas, algunas destacan por situaciones especiales, por momentos vividos.
Así que aquí les contaré una, que además aunque parezcan inverosímiles y estranbóticas, las cosas que escribo, son totalmente ciertas, hasta mis formas de evasión, ante momentos que me desagradan, son reales.
El «Artista» (que se supone que soy yo) y su tan afamada: «Aventura Creativa» (que se supone que es la mía)
Esta es la parte donde se epera que «el artista» (que se supone que sería yo) da una explicación altisonante de lo que lo inspiró al «ejecutar su obra» o que «el artista» (que también sería yo) cuenta una inspiradora y mágica historia, muy sentimental y evocadora, de su «fuente de inspiración» (No se inspiraría con cerveza y bocadillos de mortadela. (Como un amigo que tengo)
Que hay que darle un poco intriga y suspenso a esto de las caricaturas, que en realidad, dibujar y pintar caricaturas, o lo que sea, de «vertiginoso y trepidante», mas bien que tiene bastante poco.
Por no decir nada.
Imagínate a un tío sentado una enorme cantidad de horas frente a un ordenador o un papel.
Así de emocionante es.
Para que lo entiendas mejor. Es como cuando antiguamente, en la prehistoria de nuestras vidas, nos quedábamos pasmados y babeantes frente a la «señal de ajuste» del televisior.
Como si el indio de la pantalla fuera a moverse, hacer una danza de la lluvia, señales de humo, o salir montado a caballo y tirando flechas, en cualquier momento.
Pues así de «movido» y «emocionante» es, esta cosa de ser dibujante.
Apartir de aquí tienes dos opciones: Quedarte mirando el indio de la señal de ajuste, ( que quizás haga algo ) o continuar leyendo este magnífico, apasionante y veraz relato.
Vaya, has decidido continuar. Bien: En aquella apacible mañana de un cálido, luminoso y pegajoso octubre, todo sucedió así:
10: 10 AM – En un mágico lugar de Hispania.
(Todos estos acontecimientos sucedieron, tal cual se relatan, por obra y gracia de Gandalf)
Este es un relato, de un día común y corriente en la vida de cualquier persona. Todos los seres mortales hemos pasado por estas cuestiones vanales y sin sentido.
La única diferencia es que como dibujante de caricaturas, utilizo un enfoque creativo para evadirme de tanta miseria y mediocridad.
Para mí esto solo es una práctica común. Ver las cosas de otra manera, desde un diferente punto de vista.
Las tres mejores formas de aburrirse
En todos estos años de experiencia, he encontrado otra forma más aburrida que ver la señal de ajuste, que tantas veces ne hizo babear, o mirar a un tío sentado frente a un ordenador, a ver si sucedía algo.
La primer forma más aburrida que ha inventado la humanidad, es tener que ir a hacer algún trámite a alguna oficina del estado.
Porque además de los trámites, jamás se me ha dado bien.
Me resultan incómodos, exasperantes, monótonos, y en la gran mayoría de los casos, inútiles
Sobre todo porque siempre me olvido de todo lo que me dijeron en la oficina, así que salgo, como entré. Sin enterarme de nada.
La puntualidad nunca es apreciada por la burocracia
Había llegado dos horas antes ( cuestiones de horarios de autobús ) tome café, di un paseo, hice fotos, hablé con una paloma y no ví a ningún gato, (que me encanta ver gatos)
Cuando solicite el trámite via internet, me salió un mensajito que me decía: «Que la cita debía ser presencial, porque no había citas telefónicas disponibles»
Veite minutos antes ya estaba «plantado como un cactus» en la oficina pública, inamovible, expectante, y con mi número en la mano, bien custodiado, para que nadie me quitara la enorme oportunidad de una «Cita Presencial» para mi ineludible cita presencial.
Pasaron los que estaban antes que yo, los que habían llegado después y hasta los que tenían «cita presencial» dos horas más tarde que la mía.
En determinado momento, recibo una llamada:
-Hola, buenos días. Para hablar con…
-Si soy yo.
-Le llamo de tal departemento , por su cita telefónica…
-@#&? ** @!&**€ ##@&¡0##*
Me hicieron ir hasta la oficina, perder horas, horas, para retirar un número, y una vez con el «numerito» llamarme para tener la cita te-le-fó-ni-ca
¡Viva la burocracia, muera la inteligencia! (Palabras de un burro)
De regreso a la Tierra Media.
Como perseguido por una manada de Orcos. salí a toda velocidad como el Motorista Fantasma (Ghost Rider) pero sin permiso de conducir y sin moto. Que no tengo ninguna de las dos cosas.
Cuando llegué sudoroso a la parada del extraño carruaje que me arrastraría por la tierra plana, seca y roida por el tiempo, y que está sostenida por tres elefantes parapetados sobre una tortuga gigante, la espera se me hizo interminable.
Al minuto llegó el transporte,
Subí arrastrando los despojos de lo que hasta ese instante había sido mi sombra, con la espalda arqueada y con la humillante resignación, del vencido en batalla siendo aplastado por el peso burocrático.
Impotente, derrotado, y con esa sensación amarga de mi tiempo de vida perdido, desperdiciado, desechado, por la cita presencial, que terminó siendo telefónica.
Volando alto
Siempre, mucha gente, me han dicho que mi «realidad» es algo alternativa, y que soy muy raro.
Va, que quieren decir estoy más chalado que una cabra.
Quizás, gracias a eso, muchas veces mi imaginación me ha salvado de más de un infarto.
Esos enfados rollo Hulk (el de Lou Ferrigno, que los otros no me gustan) casi siempre controlables, son desviados a pensamientos o ideas, más fructíferas, más elocuentes y creativas, muy fuera de este submundo, repetitivo, cansino y esperpéntico, de lo socialmente correcto.
Entonces mi cabeza vuela, hacia lugares muy altos y plácidos, mas familiares y comprensibles, donde me siento más a gusto y por sobre todo, identificado. (Y que no me dan vértigo)
Vamos, que estaba en completa plenitud: Como un cerdo en su porqueriza.
Mas allá de la ventanilla, veía a Gandalf el Blanco, cabalgando sobre Sombragris.
¿Haré un fanzine de El Señor de los Anillos, o no lo haré?
El peligro siempre asecha
El teléfono sonó nuevamente.
La amenazante llamada predecía otra hecatombre, una nueva debacle. Oscuros nubarrones se cernían sobre mi cabeza.
Casi no atiendo, pero el peso de la resignación había tirado por los suelos mis ansias de blandir mi espada en dura contienda.
–Alló?
-Hola, hablo con el de las caricaturas?
Si.
– Quería encargar una caricatura para un regalo de bodas.
-Llevo semanas que no sé que regalarles y hoy me ha venido la luz.
-Sería para el día 16 de noviembre , serían la pareja y un chihuahua que tienen!
-Yo había pensado ellos en una moto vestidos de moteros y ella con velo de novia,y hacer una especie de remolque para el chihuahua que tienen…
Era un encargo normal para una boda, hasta que dijo la palabra «Moto»
Me han encargado cantidad de caricaturas de: «Dos en una moto»
Y aquí viene la pregunta decisiva : ¿Son moteros?
-No.
¿Por qué voy a hacer algo que no son, y con la «idea» más viejuna, cascada, machacada, aburrida y menos original del planeta?
Pero esta vez, SI eran moteros, asi que la moto estaba aprobada.
Cuando los nubarrones de despejan
Cuando ví esta moto, me estalló la cabeza:
Como experto tuneador de motos, con mis invenciones de «cacharrería infernal» me pasaron por la cabeza mil variantes, muchas posibilidades de tuneo.
Para muestra un ejemplo de este tuning ( para una caricatura personalizada que me encargaron) a una Kawasaki Versys 650. Con GPS de ultimísima generación.
Imágenes,ideas
Y surgió otro dato muy interesante. Los novios eran propietarios de La Marinada, un restaurante.
Así que Ghost Rider, estaba descartado.
Pero Mad Max, me vino a la cabeza:
-Agregar cascos algo estrafalarios o chaquetas con púas
-¿Y si dibujo la moto, con un restaurante incorporado?
-¿Dónde ubico una cocina?
-Y algo que haga referencia al restaurante, como una comandera?
las ideas iban y venían mientras hablaba con Amaia, quien me estaba encargando el trabajo y que pronto pasaría a ser mi cómplice, para perpetrar este dibujo.
Para nuestras caricaturas, no usamos imágenes pre diseñadas, no repetimos ninguna imagen en otra caricatura, asi que todos los elementos que se agregan, son solo y exclusivamente, para esa caricatura.
Tampoco hacemos un «corta y pega» ni calcamos caricaturas, ni los elementos que ellas lleven.
La gran moto debería de ser algo memorable.
Y que sin darme cuenta mi carruaje llegó a su destino, por la gran carrtera de entrada al pueblo, majestuosamente flanqueada por Drogon y Viserion, dragones de Daenerys Targaryen .
Aunque la caricatura sea digital, primero se hacen bocetos y se buscan diferentes opciones para ver los resultados. Es decir: Lo que funciona y lo que no. ¿Aporta algo al dibujo? ¿Da un toque de humor? ¿O distrae y es estéticamente molesto?
En los bocetos se fueron agregando, distintos elemento de la cocina.
¿Y dónde pongo a NET el perrete?
Y más rápido que Flash, se me vino Baby Yoda, a mi cabeza, así que hice un «agregado» a la moto.
Queda mucho mejor hacer un boceto donde se puedan agregar o quitar elementos.
El dibujo estaba prácticamente decidido mientras mi cómplice continuaba investigando ideas, hasta que aportó una que haría temblar al mismísimo Charles Darwin aportando un nuevo capítulo a su libro «El Origen de las Especies»
Amaia había creado una nueva especie: «El Abejorrus Barberensis» especie autóctona que se creía extinta, y muy difícil de capturar en imágenes, que habita en lo profundo de la selva húmeda de Barberá.
A partir de aquí, todo fue «coser y cantar» y el resultado final de la caricatura, fue este:
Pero aún nos faltaba un gran final, algo apoteósico, un punto de inflexión, culminante, una cumbre para esta caricatura personalizada para esta boda.
Así que se nos ocurrió, hacer un cartel de cine, con los participantes del regalo y su función.
Varios días después de mi terrible enfrentamiento bélico con el gigantesco monstruo burocrático y mi derrota humillante y absoluta, pude entregar este trabajo en tiempo y fecha, gracias a Amaia y su constante colaboración.
Y como mi autocrítica es severa y fulminante, traigo a colación las palabras que siempre me decía mi amigo Ramón Baez y hago mías: «Como dibujante, eres un gran escritor»
La Entrega
