Se había unido a los Rolling Stones en 1963, formado como artista gráfico, además de ser un baterista excepcional. había nacido en Londres, hijo de Richard Watts, un conductor de camiones y Lilian Charlote Evans.
Qué queda por decir. Que van desapareciendo poco a poco, grandes generaciones de músicos de enorme calidad artística, que estamos perdiendo lo mejor. Que si el reggaetón o como se escriba es la opción, la alternativa, es que algo hemos hecho muy mal. No hemos sabido inculcar a estas nuevas generaciones lo que es música de verdad, hemos permitido que creyeran que apretando tres teclas, distorsionando la voz y poniendo un «ritmo» machacón hasta el hartazgo, eso es música.
Desaparece un gran baterista, no solo de los Rolling, de jazz, esa música que parece tan aburrida y que pocos pueden tocar con maestría, por medio de improvisaciones increíbles y que Watts tocaba con su banda el Charlie Watts Quintet.
Vaya esta caricatura que hice hace años, de Rolling Stones, para recordar este día, como uno de los más tristes de la música, junto a otros gigantes que hemos perdido. Es el tiempo, no otra cosa, pero refleja nuestra incapacidad y limitaciones de transmitir a las nuevas generaciones, otro valor, que no sea lo rápido, lo fácil, lo conformista, y el pensar, antes de aceptar incondicionalmente, todo, absolutamente todo, lo que nos hacen tragar

